Sobre la obra anterior de la autora se ha dicho: Mariella Nigro, de voz cada vez más afirmada en nuestro panorama lírico, rico en poesía escrita por mujeres, continúa
esa tradición con este libro nuevo, donde la voz de la poeta adquiere una densidad y un espesor lírico intenso a la vez que punzante (Jorge Arbeleche).
La poesía de Mariella Nigro parecería vertebrarse en torno a dos dimensiones, dos ejes, dos axialidades que configuran el mundo y el discurso sobre el mundo, de la trama de su obra: un eje vertical habitado por el tiempo, el agua, la sangre, el viento y el lenguaje; un eje horizontal, donde la casa, el cuerpo, lo visual (especialmente, lo cromático), las formas y la propia poesía sostienen la urdimbre verbal de una voz lírica absolutamente original en el concierto de nuestras letras (Gerardo Ciancio).
Su irrupción en la lírica uruguaya mostró una poeta madura, segura de sí misma, original y de plena conciencia del trabajo estético con la palabra. (…) Es una de las voces femeninas más nítidas de la segunda mitad del siglo (Rafael Courtoisie).